martes, 21 de abril de 2009

Aqui no hay Terremotos

…..el techo se movía, las latas de conservas caían abruptamente, las personas corrían, los niños gritaban, corrí hacia la puerta de escape cogí mi celular y ….

Era ya casi de noche, 6pm del 15 de agosto, el día estaba pesado, había tenido examen de política económica, con el profesor que era la pesadilla en la facultad de economía de la U. de lima, el Pd. En política Económica Carlos Gamarra, alto, viejo (no le gusta que le mencionen su edad) gruñón, de torpes acciones, muy buen amigo y maestro, sus exámenes era abrumadores, teniendo en cuenta que no era el único examen o trabajo que teníamos, llego las 6pm, y subí a mi cuarto, deje caer mi cuerpo sobre la cama, y viaje por un momento a mi tierra, extrañaba Iquitos, extrañaba el pescadito asado de a Luca en la esquina de doña “mishi” , extrañaba los tacachos con cecina en Nanay, extrañaba el musmuki (bar), extrañaba las tardes en el boulevard, el interlocutor sonó fuerte, me trajo de nuevo a esta mi nuevo hogar, buenas tardes? Pregunto ;señor buenas tardes, soy juliana representante de la Ong tal y queríamos pedirle su donación para los ni…. , no gracias, y colgué el interlocutor, baje a la cocina, abrí la refri, me faltaba paltas fuertes y yogurt, avise a todos mis compañeros si querían algo, para comprárselos, Salí de la casa, ubicado en una exclusiva zona de lima (chacarilla) a una cuadra estaba plaza vea, me gustaba ese edificio, arriba había un Gym, donde hasta las tías mas viejitas estaban buenazas, “y no va ser, apenas se hacen feas y arrugadas sus maridos platasapas en “one” , hacen un “change ”- pensaba-
a puertas del súper mercado se encontraba un puestito del famoso “choripan”(que en un supermercado de cualquier cono de lima estaba 1.5 sol, ahí estaba 2.5, solo por estar en chacarilla) que siempre me las comía, igual que con los helados “Larissa”, entre y lo primero que hice fue ubicar a la cajera que me caía bien, la más linda, y la que me conversaba, siempre me hacía preguntas de Iquitos, a veces reíamos, a veces solo me miraba y me decía “hoy no llevas paltas”, cogí mi cesta roja (mientras más pequeño el recipiente mejor, así me da la idea de que ya es suficiente, y disminuye mis gastos, a veces innecesarios) caminaba por las secciones infaltables, las de carnes, las áreas de licor, de queso, de galletas, siempre había una anfitriona, con una sonrisa enorme, invitándote a degustar sus apetitosos productos, anunciándote que el producto que estas degustando, esta de promoción (siempre hay promociones en los supermercados) compre mi medio kilo pan ciabatta, medio kilo de paltas fuertes, un litro de helado “tricolor”, caminaba presuroso por la sección de lácteos, cuando sentí que : el techo se movía, las latas de leche caían abruptamente, las personas corrían, los niños gritaban, corrí hacia la puerta de escape, cogí mi celular y llame a mi padre, “alo, viejo? , que pasa dime, preguntó mi padre; hay un temblor, todo se está moviendo, la gente está llorando, decía mientras miraba todo al mi alrededor, cálmate ya va pasar, esas cosas siempre pasan, ya habían pasado treinta segundos, y la cosa no pasaba
colgué el celular y me puse a filmar lo sucedido, los niños buscaban a sus madres, las cajeras lloraban desconsoladas, los edificios temblaban cómo si fueran un castillo de naipes, la gente del Gym bajaba presurosa, todos persignándose, orando, rezando, el temblor se convirtió en un terremoto, bajo su intensidad y la gente suspiro aliviada, yo congelado de miedo, seguía filmando, los pormenores, y cuando de pronto, regreso con mas furia, advirtiéndonos que las cosas empeorarían, el suelo se movía como olas, sonaban las alarmas de los carros aparcados, haciendo de la situación mas tensa, yo estaba seguro que el edificio de enfrente se iba a venir abajo, y de seguro que el súper mercado también, dado que, abajo, había un estacionamiento, los niños gritaban con más fuerza, algunos corrían por las calles, mi amiga la cajera no dejaba de llorar “sipi-sipi”, yo, seguía pasmado, apague el celular, y de repente, salió una luz del suelo, una ráfaga , como si alguna energía se hubiera desprendido de la madre tierra y esta huía al cielo, los postes salpicaron de electricidad, “es el fin del mundo” gritaba un vieja cucufata, yo pensaba que así era, todos se abrazaban, hacían círculos, la alarma del súper mercado sonó a horrores, una madre buscaba desesperada a su hijo “estaba adentro, estaba adentro” decía
veía como suelo se movía, todo dejo de moverse, el griterío era abrumador, todos lloraban, se consolaban, mientras el caos y el desconcierto recién empezaba, la gente se subía a las combis, sin tener ni un medio en el bolsillo, solo querían llegar a sus casas, y ver a sus hijos, esposas, padres, los cobradores de las combis se peleaban con la gente, , las personas entraron en caos, los taxis prácticamente fueron asaltados,, algunos viendo el caos, empezaron a correr (como el caso de Rubén Manrique que salió corriendo a ver a su hermana, que por esos tiempos, también estaba por lima) las cajeras del supermercado, entraron de nuevo a seguir trabajando, yo cogí mi canasta roja, y me acerque a mi amiga cajera, que seguía llorando a moco tendido, su cara roja, y sin poder hablar, me atendió sin decirme nada, hasta que esta rompió en llanto incontrolable, no sabía qué hacer, yo también b estaba de miedo, se recupero, jalo los mocos, le di mi pañuelo, me miro, y me dijo que ella vivía por el callao, y que la gente está diciendo que el mar se va salir, que tiene un hermanito de 2 años y está solo en casa con su hermana de 15, me cobró, le pagué, y Salí del supermercado, “como puede haber tanta gente mala, que después de este desastre natural, obligue a sus trabajadores a seguir trabajando, a lo mejor las infraestructura del supermercado está dañada” pensaba camino a casa, mientras trataba de comunicarme con mi familia en Iquitos, intentos inútiles, la línea había colapsado, caminaba, mientras en mi celular sonaba “héroe de leyenda” de “héroes del silencio”
llegue a casa, me abrieron la puerta, ruben había salido en busca de su hermana, yo prepare mi cena, mientras en calan N (y en todos los canales del mundo) daban las malas nuevas del suceso, yo entre al msn, y avise a todos mis contactos de Iquitos lo sucedido, llame a mis primas que viven por el callao, estas lloraban desesperadamente, agradecieron a Dios de que yo esté bien, me dijeron mil veces que me querían mucho, me dijeron que por ahí (callao) hay apagón y los choros están que entran a todas las casas, el pánico estaba apoderado de toda la gente, “se reportan 5 muertos en ICA” decían los noticieros, el número de muertos iba en aumento conforme pasaban el tiempo, nuestro tuto y director, inmutado por los hechos, y sin transmitirnos miedo, nos dijo que tendríamos clases de todas maneras, baje de miedo al auditorio, las piernas me temblaban, las inminentes amenazas de replicas, hacían temblar mis rodillas, el pilar principal de la casa estaba dañado. Rajado, así como algunas paredes, las clases empezaron, y sucedió lo que esperaba, una réplica, Salí corriendo hacia el jardín, mientras decía en voz baja, “amo a Iquitos, allá no hay terremotos”

2 dejaron el sueño, y COMENTARÒN:

Laura dijo...

recuerdo que una vez hubo temblor tb akí, puxa que feo weon, pero gracias a Dios no pasó de eso..¿sabes? no me gustaria vivir en otra ciudad..amo Iquitos

MUSMUKEANDO - FRANZ MAX dijo...

LALINKA: ami tampoco! solo k esta mela de alor no me gusta!!!!!!!!!!!!

besos