Los días tomaban el olor a licor. Sentí que me perdí. Tenía que buscar la forma de separarme de ese gran álbum de recuerdos en el que se transformó mi ciudad, cada espacio era un recuerdo que se tatuaba en el elixir de mi supuesto destino emocional. Asumí que no tenía fuerzas para luchar contra aquello que se acabó, contra aquello que me hacía daño, pero no localizaba fuerza alguna para hacerlo.
Imaginé que tenía que salir de allí, escapar de aquel espacio geográfico que se había convertido en un tormento. No tenía que dar más lástima de la que sentía por mí. Dejé de ser como ayer, para convertirme eternamente en el presente que tanto me decepcionaba, no, porque decidí ser quien soy, sino, como lo aprendí, de la forma más dolorosamente posible, a través del amor. Siento que fui inteligente hasta que me enamoré o sentí hacerlo.
Al final de muchos días de no hacer otra cosa que ingerir alcohol, a la mañana siguiente desperté raudamente en la hamaca de una embarcación naviera a punto de zarpar por aguas nunca antes conocidas; sería tres días solo frente a aguas, selva y personas que jamás pensé en conocer. Al zarpar mi embarcación suspiró el último pito de aviso señalando que ya no tenía que haber regreso alguno, que a partir de ese instante tenía que olvidar toda esa ciudad que dejaba allí bajo sus cimientos, que cada vez que avanzaba y me distanciaba mas perdía esa ciudad de recuerdos, y que ella misma se transformaba a mi espalda, porque todo cambia, en la ciudad blanca; para que a mi regreso mi labor consistiría en colorearla a mi manera.
Imaginé que tenía que salir de allí, escapar de aquel espacio geográfico que se había convertido en un tormento. No tenía que dar más lástima de la que sentía por mí. Dejé de ser como ayer, para convertirme eternamente en el presente que tanto me decepcionaba, no, porque decidí ser quien soy, sino, como lo aprendí, de la forma más dolorosamente posible, a través del amor. Siento que fui inteligente hasta que me enamoré o sentí hacerlo.
Al final de muchos días de no hacer otra cosa que ingerir alcohol, a la mañana siguiente desperté raudamente en la hamaca de una embarcación naviera a punto de zarpar por aguas nunca antes conocidas; sería tres días solo frente a aguas, selva y personas que jamás pensé en conocer. Al zarpar mi embarcación suspiró el último pito de aviso señalando que ya no tenía que haber regreso alguno, que a partir de ese instante tenía que olvidar toda esa ciudad que dejaba allí bajo sus cimientos, que cada vez que avanzaba y me distanciaba mas perdía esa ciudad de recuerdos, y que ella misma se transformaba a mi espalda, porque todo cambia, en la ciudad blanca; para que a mi regreso mi labor consistiría en colorearla a mi manera.
"Hoy te abandono, hoy huyo de este paraíso verde
Hoy cojo mis maletas, mi equipaje es ligero
Porque, a donde voy, no se necesita más que mi alma
Hoy me abandono, y escapo de mí" (F.M)
Miré el celular aún tenía servicio de comunicación móvil. Batallé. Muchos recuerdos pasaron por mi mente, me llené de emociones que se incrementaron cada vez y con más fuerza, pensé en llamar, otra vez, y crear un drama de los muchos que ya había actuado, la despedida final.
¡NO! era yo que salía de allí para no evocar más esos recuerdos y luego pensé en la maleta más pesada que tenía como equipaje, mis recuerdos. Ubiqué la maleta, la tomé y corrí hacia la parte posterior de la embarcación bajo la mirada atónita de mis nuevos desconocidos "amigos", lo sujeté fuerte de tal manera que la estrangulara y con las últimas fuerzas que quedara sobre mi cuerpo en metamorfosis lo lancé lejos, hasta el punto donde mis grandes deseos no pudieran hacer nada para recogerlas. La miré sobre el agua deslizándose sobre el rio y a su vez alejándose de mí, para esos momentos una lágrima que caía sobre mi cara se apoderó de mi ser, me detuve a sentir como se deslizaba sobre mi rostro y como ese acto marcó no el final sino el comienzo de algo distinto..."
¡NO! era yo que salía de allí para no evocar más esos recuerdos y luego pensé en la maleta más pesada que tenía como equipaje, mis recuerdos. Ubiqué la maleta, la tomé y corrí hacia la parte posterior de la embarcación bajo la mirada atónita de mis nuevos desconocidos "amigos", lo sujeté fuerte de tal manera que la estrangulara y con las últimas fuerzas que quedara sobre mi cuerpo en metamorfosis lo lancé lejos, hasta el punto donde mis grandes deseos no pudieran hacer nada para recogerlas. La miré sobre el agua deslizándose sobre el rio y a su vez alejándose de mí, para esos momentos una lágrima que caía sobre mi cara se apoderó de mi ser, me detuve a sentir como se deslizaba sobre mi rostro y como ese acto marcó no el final sino el comienzo de algo distinto..."
Editado por : Franz Max
From: Piero Murrieta
Piero, andubo perdido semana y media, salio hace un mes de iquitos, sin saber a donde, el paro de los indigenas en yurimaguas, lo detuvo, andubo deambulando, le robaron las zandalias, el I-phone, su billetera, sus ahorros, lo dejaron solo con pantalon, y sus recuerdos,su razon, no valia para los viles ladrones, su razon quedo abatida por los suelos, Piero andubo perdido tres semanas, casi ya, para un mes, recobro fuerzas, borro el pasado, y se puso a escribir, piero andubo perdido, pero ahora ha vuelto, recobrando la razon, pero no el corazon .(F.M)
2 dejaron el sueño, y COMENTARÒN:
No contamines el río pe´
espero que esa maleta haya sido simbólica.
xevere tu blog. pasa x el mio.
www.homolaptopus.blogspot.com
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